
el proceso
BENEFICIO HÚMEDO
Una vez maduro, nuestro café es cortado y luego seleccionado con el objetivo de procesar únicamente los mejores granos. Después de la selección, las cerezas del café son transferidas a una despulpadora mecánica, la cual remueve la cascara exterior de la cereza para liberar el grano.
Este grano está cubierto por una capa llamada mucílago, la cual se compone principalmente de azúcares, agua, levadúras y bacterias lácticas. Para removerla, sumergimos los granos en tanques de agua por un periodo aproximado de 14 horas, en donde los granos entran en un proceso de fermentación.
Esto genera un sabor limpio en taza, lo que permite apreciar las bondades del origen, la variedad de planta y el terroir de las fincas.


BENEFICIO SECO
Después de la fermentación y limpieza de los granos, estos son reposados por 48 horas en camas elevadas para empezar el proceso de secado. Pasando este tiempo, los granos son introducidos a una secadora mecánica, en donde pasarán las siguientes 18 horas a temperaturas de 40ºC hasta alcanzar una humedad de entre 10% y 12%.
Una vez secos, los granos son almacenados en bolsas herméticas libres de oxígeno cubiertas por sacos de yute para evitar la oxidación prematura de los granos y conservar sus propiedades hasta la fecha de tueste.

